Editorial
En marzo pasado se realizó en la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales de La Plata una reunión extraordinaria del Consejo Directivo, y que se plasmó como Charla debate abierta a todo el público sobre la reforma a la ley de semillas y creaciones fitogenéticas. El encuentro tuvo una amplia concurrencia, y participaron como panelistas reconocidos especialistas de distintas universidades del país, investigadores, legisladores y representantes de productores.
En encuentros posteriores, el Consejo Directivo de esta institución analizó las presentaciones que se realizaron y elaboró un documento que se aprobó por unanimidad, y que se encuentra disponible en https://www.agro.unlp.edu.ar/sites/default/files/slides/declaracion_sobre_ley_de_semillas_marzo_2019.pdf
Como puntos centrales de la Declaración se puede resaltar:
Que una modificación de la Ley de Semillas necesariamente deberá atender a:
– Declarar de orden público las disposiciones de la Ley relativas a derechos y limitaciones, así como el régimen de licencias obligatorias y de cláusulas antimonopólicas, ya que actualmente se están dando contratos abusivos con las multinacionales del Agro que están afectando a numerosos agricultores;
– Mantener el Uso Propio de todos los productores (seguir adhiriendo a UPOV 78’ – Convenio Internacional de la Unión Para la Protección de las Obtenciones Vegetales);
– No establecer un régimen de excepciones al pago de regalías extendidas, ya que no acordamos con esta figura que lesiona la libertad de los agricultores a seguir sembrando su propia semilla;
– Establecer el principio de agotamiento de los derechos de propiedad intelectual con la compra de la semilla;
– Determinar un marco específico integral que incorpore definiciones de semillas nativas y criollas;
– Declarar la invalidez de condiciones abusivas en la compra de semillas;
– Mejorar y fortalecer las estructuras institucionales del Instituto Nacional de Semillas (INASE), de la Comisión Nacional de Semillas (CoNaSe) y del Consejo Federal de Semillas;
– Adaptar la Ley al nuevo marco normativo internacional con la ratificación de Argentina del Tratado Internacional sobre Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura y el Protocolo de Nagoya accesorio del Convenio sobre la Diversidad Biológica;
– Establecer mecanismos de audiencias públicas que permitan ampliar la base de discusión entre los agentes del sistema agroalimentario y la población civil, ya que las semillas son la base de la soberanía alimentaria de todos los argentinos
– Buscar mecanismos que impidan el poder de la concentración de unos pocos sobre decenas de miles de actores de la actividad agraria sin que nadie proteja ni equipare el derecho de los más débiles.
Sin dudas es un tema que genera amplio interés y preocupación por parte de distintos sectores vinculados a la actividad productiva, pero destacamos la importancia del debate realizado, en el que se expresaron las distintas posiciones, y la construcción política que se dio en el ámbito del Consejo Directivo, con los representantes de los distintos claustros.
Aquí nomás, cerquita de tu casa, de tu esquina, de tu plaza, los quinteros platenses agotaron sus bolsones de verdura en 15 minutos. A 100 pesos, 7 variedades de hortalizas frescas, de estación, recién cosechadas. La gente hizo colas interminables. Y cuando ya no quedaba nada, esperaron 120 minutos más hasta que llegó una camioneta desde la localidad de Abasto con más refuerzos de lechuga, verdeo, rúcula, acelga y puerro.Tantos eran los que querían comprar, que las quinteras decidieron achicar el bolsón, bajar el costo y que alcance para todos. Así vendieron 4 productos a 50 pesos. Nadie se quejó. Un buen pacto a justo precio. Los productores se quedaron sin verdura en unos pocos minutos y los consumidores se fueron con sus hortalizas frescas, de estación, recién cosechadas. Esto sucedió el jueves 13 de setiembre, en Plaza Moreno, durante la semana de la visibilización de los periurbanos; una movida organizada por los consejos locales asesores del INTA. . Así debiera funcionar: precios justos, alimentos saludables, en cadenas cortas, producidos por familias cercanas, casi vecinas, en espacios públicos compartidos.
Nuestros cordones hortícolas están en riesgo, dicen los productores. Se refieren al régimen socio-técnico vigente de altísima productividad que -petróleo barato mediante- expandió el modelo con tecnologías de alta dependencia de insumos (en dólares) para producciones (que se venden en pesos). ¿Cómo poner en valor los periurbanos, cómo proteger estos espacios verdes, como generarle condiciones de vida digna a sus productores, cómo planificar el acceso a los recursos naturales, con qué acompañamiento técnico y a través de qué estrategias de comercialización?.
“Si no cuidamos nuestros cinturones verdes vamos a tener que importar alimentos frescos”, relataba una arquitecta referente de la problemática de los periurbanos. En el mismo relato comentó de qué modo se protegen los cinturones verdes en otros países del mundo. Puso el ejemplo de Ontario (Canadá) y Londres (Inglaterra) donde más allá de las tensiones inmobiliarias y los intereses los sectores que pugnan por el territorio, la preservación de los periurbanos con sus mercados de proximidad están incorporados a la política pública y a la conciencia ciudadana.
En Argentina, afirma, las ciudades crecen mal y hay que frenar eso con planificación territorial. “Sin planeamiento nuestros cordones hortícolas peligran”, dicen desde la Plataforma para la Innovación de los Periurbanos del INTA. En la misma sintonía la Defensoría de la Provincia de Buenos Aires, que acaba de redactar un informe junto al Centro Jurídico Gratuito para Productores Agropecuarios. Abordan con datos respaldatorios la dificultad de acceso a la tierra que enfrentan los productores y productoras de La Plata para producir y vivir en condiciones dignas. “Decidimos hacer una investigación de oficio para unificar las denuncias que recibimos sobre irregularidades en el acceso a la tierra y habilitamos una mesa de trabajo, de modo que se pueda establecer entre las instituciones que tienen competencia un mecanismo de control para el cumplimiento de los arrendamientos, ya que se verifican muchas irregularidades que condicionan la forma en que se lleva adelante la producción agropecuaria en la región y los modos de vida de las familias”, explicaba una socióloga que integra el equipo de la Defensoría. Sucede que la mayoría de los quinteros son arrendatarios y en muchos casos el precio de los alquileres no se estipula en el contrato y se reajuste mediante cláusulas indexatorias (prohibidas por la ley). Los gastos que demanda la confección, incluyendo timbrado y certificación de firmas, superan el 4% prefijado por ley. Las mejoras realizadas por el arrendatario como las perforaciones para el agua, tendido eléctrico y mejoras de caminos favorecen al dueño de la tierra y no son compensadas al arrendatario, por lo que son aprovechadas en beneficio de una sola de las partes.
Territorio complejo y en constante tensión, el periurbano. Por la tierra, por las fuentes de energía, por el acceso al agua segura, por la distorsión de precios en las cadenas de comercialización. Hace poco una ingeniera agrónoma que ahora está a cargo del área de extensión, en su facultad. Hacía una cuenta matemática bastante simple: “¿sabés cuánto sale producir una jaula de lechuga? Seis a ocho pesos. Y esa cifra, es sólo para la semilla, el plantín, el abono, el tratamiento fitosanitario, sin contar la mano de obra del productor y su familia. Los intermediarios ofrecen 5 pesos, lo que no alcanza ni para cubrir los costos y mucho menos el retiro de la familia. De aquí que muchas veces conviene más tirar la producción que venderla”. ¿Qué quieren decir estos números? Que en el cordón hortícola platense hay sobreproducción. Por ejemplo en Almería, España, la hectárea de morrón rinde entre 60.000 y 70.000 kilos; en La Plata entre 100.000 y 120.000 por hectárea. Ahora bien, ¿esto nos indica que los españoles no saben o no pueden producir más? Debo decirte que no. Producen menos para controlar y regular el precio del morrón en toda la Comunidad Económica Europea. “Producir más, ya no beneficia al horticultor. Este modelo ya no es sustentable, ni amigable con el ambiente, ni viable y no le aporta más dinero a la economía familiar de los quinteros”, explicaba aquella ingeniera agrónoma, que trabaja con cooperativas, asociaciones y organizaciones de horticultores y floricultores platenses.
Resulta entonces que el mantra de la eficiencia, la competitividad y el incremento de la producción no es una ley universal, ni puede generalizarse en cualquier cadena, ni aplica a todos los productores. “El quintero hace lo que sabe: se defiende produciendo. Pero en los alimentos perecederos como las hortalizas, se requiere organizar la producción regional. Por eso hay que incentivar estos canales de comercialización directa. Porque traccionan a nivel de la quinta una planificación diversificada y escalonada”. Todo esto se puede aprender en un día de visibilización de los periurbanos.
También reflexionamos lo que facilitaría una ordenanza, que apruebe espacios de venta directa en cada plaza, con una ley que regule el precio, que ordene el uso del suelo, que solicite el cumplimiento de una norma, que ponga límites a la especulación inmobiliaria, que permita mejorar las condiciones de vida, el arraigo, la seguridad y el hábitat, para que las familias productoras que viven y producen en los alrededores de la ciudad, puedan ofrecerte bolsones a precios justos, acordados, con 7 variedades de hortalizas frescas, de estación, recién cosechadas, aquí nomás, cerquita de tu casa, de tu esquina, de tu plaza.